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EL ESTUCHE DE LAS PALABRAS

RESTAURAR POEMAS

RESTAURAR POEMAS

Como Macarena, nos vamos a convertir en restauradores, pero no de cuadros ni de edificios, sino de... poemas.

Hemos encontrado medio destrozados, con palabras perdidas, dos poemas: uno de Federico García Lorca y otro de Rafael Alberti. Pero el juego no consistirá en restaurarlos como eran en su origen, sino inventándonos las palabras que faltan. Para ello, nuestra única herramienta será la imaginación,  el buen gusto y el sentimiento. Aquí van los poemas:

(Federico García Lorca)

La luna vino a la fragua
con su ................. de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire .........................
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus ................. de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los .........................,
harían con tu ......................
collares y anillos blancos.

Niño déjame que .................... .
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el ....................
con los ....................... cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus ................... .
Niño déjame, no pises,
mi ..................... almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el ......................... del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos ................... .

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas .........................
y los ojos ........................ .

¡Cómo canta la .......................,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la ...................
con el niño .......................... .

Dentro de la fragua ......................,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

 

(Rafael Alberti)

Hoy las ...................... me trajeron,
volando, el mapa de ..................... .
¡Qué pequeño sobre ..................,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!

Se le llenó de ..........................
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi ................. y mi ..................... .

Entré en el ......................... que un día
fuera una fuente con ....................... .
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre ...................... .
Y el ........................... que no corría
volvió para darme ..................... .

 

8 comentarios

Antonio David Martos Ortega 4ºB -

LOS AÑOS DEL HAMBRE

Mi abuela me ha dicho que en esos años tuvo que pasar por muchas cosas desagradables y por mucha hambre, sobre todo. Y en este caso, las personas de aquella época iban a pedir comida a los extranjeros y hombres con buen espíritu y buen corazón.
Mi abuela era muy pobre y no tenía casi nunca nada para comer. Ella y su familia sólo comían unos trozos de pan y unas pocas aceitunas agrias y que
todavía no estaban muy buenas. Incluso se comían las aceitunas ya podridas de otros años. Luego me contó muchas cosas sobre lo que sufrió en el pasado y lo que
sufrieron sus padres y toda su familia.
Después mi abuelo me dijo que en el años del hambre los niños iban desesperados a los armarios para buscar comida, podrida o buena, y hasta la buscaban en la basura o en algún vertedero de las afueras. Mi abuela no comía casi nada y trabajaba mucho con su padre en el campo y en la casa, pero sus tierras eran pobres y no tenían casi nada de aceituna, aunque eran muy grandes y bonitas. Al menos comían frutas del huerto. Lo que comían lo apuraban tanto que roían los huesos y limpiaban los platos con la lengua.
Fue años más tarde cuando recibieron comida de unos almacenes y empezaron a vivir bien, muy bien, cada vez mejor. Entonces empezaron a aparecer tiendas y supermercados. De la lumbre se pasó a cocinas de gas, y así mejor para ellos porque hacían muchos sofritos, el arroz que comían era de sus tierras y salía muy rico y lentejas y habichuelas tenían un gusto muy bueno.

Antonio Gálvez Gálvez -

La luna vino a la fragua
con su cuerpo de nardos.
El niño la mira miar.
El niño la está mirando.
En el aire otoñal
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus labios de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los hombres mancos
harían con tu cuerpo
collares y anillos blancos.
Niño déjame que pueda descansar.
Cuando vengan los gitanos,
te encontraran sobre el pajar
con los ojos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus cuerpos maltratados.
Niño déjame, no pises,
mi cuerpo almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el monte del llano.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas huecas
y los ojos como aros.
¡Cómo canta la golondrina,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño raro.
Dentro de la fragua incendiada
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

Almudena Barranco Fernández -

(Federico García Lorca)
La luna vino a la fragua
con su sonrisa de nardos.
El niño la mira, mira,
el niño la está mirando.
En el aire está volando.
Mueve la luna sus brazos,
y enseña, lúbrica y pura,
su piel de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu cuerpo
collares y anillos blancos.
Niño déjame que te bese.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el cesped
con los ojos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus guitarras.
Niño déjame, no pises,
mi corazón almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el eco del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos oscurecidos.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas vengativas
y los ojos cansados.
¡Cómo canta la gitana,
ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño en sus brazos.
Dentro de la fragua cantan,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

(Rafael Alberti)
Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de mi tierra.
¡Qué pequeño sobre el mar,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de esperanza
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi amor y mi ilusión.
Entré en el taller que un día
fuera una fuente con alegría.
Aunque no estaba la fuente,
en mis sueños, la fuente siempre me perseguía.
El niño del estanque que no corría,
volvió para darme una pequeña estatuilla.

Nacho Torralbo Martínez 6ºA -

La luna vino a la fragua
con su vestido de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire primaveral,
mueve la luna sus brazos,
y enseña, lúbrica y pura
sus nubes de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los hombres malos,
harían con tu cuerpo
collares y anillos blancos.
Niño dejame que me acueste.
Cuando lleguen los gitanos,
te encontrarán sobre el pesebre,
con los ojos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus pasos.
Niño dejame, no pises,
mi pie almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el suelo llano
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos adormilados
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos,
las cabezas con mala intención
y los ojos riquezas buscando.
¡Cómo canta el niño,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna,
y el niño la está observando.
Dentro de la fragua, el niño,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

Rubén García Muñoz 6ºB -

RESTAURACIÓN DE POEMAS
La luna vino a la fragua
con su cinturón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire alterado
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus collares de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu belleza
collares y anillos blancos.
Niño déjame que cante.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el porche
con los ojos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus pasos.
Niño déjame, no pises,
mi vestido almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el violín del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos vendados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas destruidas
y los ojos deslumbrados.
¡Cómo canta la lechuza,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la cigüeña
con el niño entre sus brazos.
Dentro de la fragua cantan,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.


Hoy las palomas me trajeron,
volando, el mapa de mis recuerdos.
¡Qué pequeño sobre tus manos,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de alegría
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué sentimientos y anhelos.
Entré en el bosque que un día
fuera una fuente vacía.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme alegría.

María José Aguilera 6ºB -

Poema de Federico García Lorca:
La luna vino a la fragua
con sus ovillos de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire se columpian las estrellas
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus manos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos
harían con tu rostro
collares y anillos blancos.
Niño déjame que cante
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el monte
con los ojos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus pasos
Niño déjame, no pises,
mis sueños almidonados.
El jinete se acercaba
tocando el timbal del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos abiertos
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas sobre sueltas
y los ojos cabizbajos
¡Cómo canta la albahaca
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va las estrellas
con el niño entre los brazos
Dentro de la fragua se oyen
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

María José Aguilera 6ºB -

(Rafael Alberti)
Hoy las golondrinas me trajeron,
volando, el mapa de mis sueños
¡Qué pequeño sobre las nubes
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de niebla
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi imaginación . y mi alegría
Entré en el alma que un día
fuera una fuente del alma mía
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre vencía
Y el rival que no corría
volvió para darme ironía.

Noelia Cazalla Millán 6B -

( Federico García Lorca)
La luna vino a la fragua
con su ramo de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire murmura
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus manos de duro estaño.
Huye, luna, luna, luna.
Si vinieran los malos
harían con tu cuerpo
collares y anillos blancos.
Niño déjame que me despierto.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el tejado
con los ojos cerrados.
Huye, luna, luna, luna,
que ya siento sus labios.
Niño déjame, no pises, no pises,
mi pobre almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el clarinete del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos dorados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas moradas
y los ojos sabios
¡Como canta la gatita
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la Luna
con el niño en brazos.
Dentro de la fragua morena
gando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela,
el aire la está velando.





( Rafael Alberti)
Hoy las ramas me trajeron,
volando, el mapa de un cofre blanco.
¡Qué pequeño sobre la almohada
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de hojas
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi tesoro y mi cría.
Entré en el campo que un día
fuera una fuente con paja.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre en mi mente.
Y el agua que no corría
volvió para darme alegría.