Blogia
EL ESTUCHE DE LAS PALABRAS

PALABRAS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

APADRINANDO PALABRAS: ALMONA, PAJARETA, PIQUERA, CAMAL, ACIAL, TROJE, BIELGO, COLLERA, HORCATE...

APADRINANDO PALABRAS: ALMONA, PAJARETA, PIQUERA, CAMAL, ACIAL, TROJE, BIELGO, COLLERA, HORCATE...

Juan y Fermín eran amigos y vecinos. Todas las tardes, después de salir de la escuela, se juntaban en la calle, llevando cada uno en la mano la merienda, normalmente, un pañaceite con azúcar o la onza de chocolate y el trozo de pan. Tampoco les faltaba la pelota de goma, que los Reyes Magos les habían dejado en los zapatos, colocados debajo de la chimenea, y que tanta ilusión les había hecho. Los Reyes les habían prometido que el año próximo, en vez de pelota, les traerían, nada más y nada menos que un balón de reglamento, de esos de cuero, de los de verdad. Una tarde de invierno habían quedado citados para ir a la era de “la gibaílla” a jugar al fútbol, pero se oscureció y empezaron a caer unas grandes gotas de lluvia, procedentes de unos negros nubarrones, cubriendo pronto la calle, y notándose en el ambiente cierto olor a tierra mojada. Ello hizo que tuviesen que resguardarse debajo del alero de un balcón. 

-¡Vaya –dijo Juan. Hoy no podremos ir a la era a jugar al fútbol!

-Bueno -dijo Fermín. No importa. Si quieres, iremos a mi casa. Allí podemos hacerlo sin mojarnos.

Dicho y hecho. Ambos no se lo pensaron. Corriendo, llegaron a la casa de Fermín, metiéndose con rapidez en el zaguán. Fermín asió la aldaba o el llamador de hierro, con la forma de un puño abarcando una bola, y lo golpeó varias veces contra una chapa también metálica de la puerta. Abrió la puerta su madre y, corriendo, le dijo Fermín que iban a jugar a la almona, porque estaba lloviendo. Cruzaron un portal y un amplio salón, llegaron a un patio con muchas macetas y una parra, y siguieron hasta una antigua cuadra, en la que aún existían algunos pesebres. De allí pasaron a una amplia nave, en la que sobresalían en el centro unos pilones y pilas, hechos de obra, que aparentaban ser muy viejos, pues tenían muchos desperfectos. Cuando se tranquilizaron, ambos amigos se sentaron y siguieron dando bocados al pañaceite. Juan preguntó a Fermín:

-¿Para qué sirve esta nave?

-Todos le decimos almona, que significa fábrica de jabón. Dice mi padre que mi abuelo, su padre, hacía aquí jabón y lo vendía en una tienda que tenía.

-Nunca había oído esa palabra –dijo Juan.           

Ambos recorrieron la nave y vieron que en los pilones y tinas ya no había jabón, ni aceite ni sosa cáustica con los que se hacía. Unos estaban vacíos y en otros había trastos viejos y muebles rotos.           

La madre de Fermín entró en la almona con Antonio y Miguel, otros amigos de los anteriores.           

-Estos amigos han venido preguntando por vosotros y les he dicho que estabais jugando aquí.           

-Hola –dijo Antonio. No sabíamos dónde estabais, aunque nos lo hemos figurado. ¿Qué hacéis?           

-Le estoy enseñando la almona a Juan –dijo Fermín. En esta nave se hacía jabón hace muchos años. Por eso se llama así.           

-¿Hoy no se hace? –dijo Miguel.           

-No. Dijo Fermín. El jabón se hace en grandes fábricas y nuestras madres lo compran en las droguerías y perfumerías.           

-Mi abuela dice que ella hacía jabón antes y que era muy bueno, dijo Juan.           

Los pañaceites se agotaron y las ganas de jugar les hizo que pronto olvidaran el tema del jabón y cogieran la pelota para formar dos equipos de dos jugadores cada uno, formando las porterías con palos viejos.           

El poco número de jugadores, las reducidas dimensiones de la almona y el estorbo de los pilones, hicieron que pronto se cansaran de jugar.           

-¿Queréis que subamos al pajar? -dijo Fermín.           

-Sí –dijeron los demás.           

Pasaron a la cuadra y abrieron una pequeña puerta de madera, entrando en la pajareta, donde caía la paja desde el pajar y desde donde se distribuía a los pesebres para alimento de los mulos, yeguas, asnos y caballos, que servían para hacer las faenas agrícolas. Subieron a través de unas estacas clavadas en un ángulo de la pared y llegaron al pajar.           

Era un espacio grande, encima de la cuadra y de la almona. Al principio, notaron que estaba oscura, aunque al poco tiempo, empezaron a ver resquicios de luz, que entraban por las rendijas de la piquera, una pequeña puerta. Casi a tientas, llegaron a ella, descorrieron con dificultad el viejo y mohoso cerrojo, y la claridad inundó parte del pajar.           

-Esta ventana se llama piquera –dijo Fermín.           

-¿Piquééé… -dijeron al unísono los amigos.           

-Piquera –volvió a repetir Fermín. La paja la traían antes de la era en carros; la vaciaban en la calle, en el borde de la acera, y con el bielgo o bieldo la lanzaban al pajar, a través de esta piquera. Un hombre, que estaba aquí, la iba distribuyendo por el pajar hasta que se llenaba.           

Con la luz que entraba por la piquera, poco a poco, los amigos fueron comprobando que aún quedaban restos de paja en las paredes y en algunas zonas del suelo, aunque también había muchas telarañas en las paredes. Vieron también viejos aperos de labranza, como horcates, palas, hoces, cribas, arados, ruedas dentadas de trillas y muebles desvencijados, como sillas de anea, con el asiento roto, mesas, mecedoras con la lona desprendida, tarimas, damajuanas sin forro, muñecas sin pelo, bicicletas sin ruedas y hasta un camal, colgado de la pared, de las antiguas matanzas… Todo ello, les hacía creer que habían llegado a un castillo encantado y su imaginación les hacía recorrer torres, fosos, puentes levadizos y hasta el dragón, que era dueño del mismo por un hechizo.           

Nuestros amigos estaban juntos y algo asustados, por lo que no se atrevían a separarse, ante el temor de que detrás de cualquier mueble saliera algún bicho peligroso. De pronto, un palomo emprendió un vuelo alocado y veloz desde el nido de un rincón hasta un agujero del techo por el que se comunicaba con el exterior, haciendo que todos se llevaran un gran susto, emprendiendo una veloz carrera hacia la pajareta. En aquel momento, la voz de la madre de Fermín, llamándolos, les hizo vencer al miedo y bajar en orden y riendo los peldaños de la pajareta. Fermín fue el último en bajar, después de haber corrido el cerrojo de la piquera.           

-Fermín –dijo la madre. Es tarde y hay que hacer los deberes de mañana.           

Los amigos se despidieron de Fermín hasta el día siguiente. Ellos también tenían que hacer deberes. Habían pasado una buena tarde, aunque nunca olvidarían ciertos detalles, que contarían al día siguiente en el recreo al resto de amigos. Quizá tendrían que volver a preguntar a Fermín por aquellas raras palabras, que él les había dicho y que ya casi no recordaban.

Sebastián Barahona Vallecillo

APADRINANDO PALABRAS: CACHUMBRERO

APADRINANDO PALABRAS: CACHUMBRERO

Si consultamos nuestro diccionario de palabras en extinción, podremos comprobar que cachumbrero significa chismoso. Esperanza Mimbrera, una maestra de prácticas de nuestro cole, os ha escrito este cuento para salvar la palabra.

¡Cachumbrero! ¡Cachumbrero!

No paraba de sentirlo en mi cabeza, todavía oía sus risas y burlas por todos lados; por favor, ¡salid de mí! Me repetía una y otra vez sin éxito.

- Por fin un poco de paz después de pasarme toda la noche oyendo sus gritos.

Al incorporarme vi que tenía la almohada empapada y todas las sábanas arrugadas en el centro de la cama.

- Jo, otra vez a desarmar la cama entera.

Era lo que me faltaba esa mañana; con lo rápido que estiro yo las mantas todas las mañanas… Mamá me regaña porque dice que dejo la cama con más bultos que un saco de “papas”, ¡uff! Pero hoy no me escapo. Bueno… pensándolo bien…

- ¡Mejor! Así tardaré más y el autobús que me lleva al colegio se irá sin mí.

En ese momento, me sentí el niño más feliz del mundo. Hoy me libraré de ellos.

-¡Pablo, Pablo! – se oía retumbar en la escalera - ¡el autobús del cole te está esperando!.

- No puedo ir hoy, mamá!. ¡Todavía no estoy preparado!... Qué pena ¿verdad?

Al decir estas palabras esperaba que mamá apareciera por la puerta de mi habitación y me bajara las escaleras de tres en tres tirándome de las orejas; pero mi sorpresa fue que eso no ocurrió. Qué raro, pensé.

- Mejor, así me quedaré toda la mañana viendo la televisión.

Me puse unos vaqueros y una sudadera para estar más cómodo en el sofá y me dispuse a bajar precipitadamente porque empezaba mi serie favorita. De repente, me encontré con una persona que me estaba esperando en la puerta de mi casa; ¡era mi madre!. Tenía mi abrigo en una mano y mi mochila en la otra. No me lo podía creer.

-  Vamos, que llego tarde; que mientras te dejo en el colegio y atravieso toda la ciudad para ir a la oficina…

- No puede ser, ¡voy a ir a clase!, pensé. En ese momento, un sudor frío empezó a recorrerme la espalda, mis manos se pusieron frías como el hielo y mi cara se parecía a la pared que tenía en frente. De repente, sentí un hormigueo por las piernas y …¡puff!

¡Cachumbrero! ¡Cachumbrero!

Otra vez están aquí sus malditas voces. No puedo más, no puedo volver a encontrarme con ellos y que sigan burlándose de mí y amenazándome con pegarme una paliza. Y todo esto por contarle a Victoria lo que oí en el servicio de los chicos; por decirle que Juan pensaba besarla en la fiesta de fin de curso mientras su íntimo amigo Lucas lo grababa con el móvil para chulear delante de los demás; de los demás ignorantes que se divierten con esas cosas, pero… ahora me doy cuenta. Lo único que he hecho ha sido ayudar a una amiga, ¿por qué tienen que reírse de mí? No lo entiendo. Bueno…. sí.  Son una panda de salvajes que como no tienen otra cosa que hacer, se burlan de los demás para pasar el rato, por eso yo de aquí en adelante…

- ¡Pablo, Pablo! ¿Me oyes, hijo mío?

Abrí los ojos y noté el suelo frío en mi espalda, me dolía un poco la cabeza y la primera imagen que vi fue la lámpara que hay colgada en la entrada de mi casa, sí, aquella que nos regaló la tía Angustias por Navidad, esa que era tan bonita.

¡Uff! Tenía el cuerpo condolido y, al incorporarme, vi, de repente, la silueta de mamá delante de mis ojos; estaba más guapa que nunca y le resbalaban dos lágrimas como puños por sus mejillas.

En ese momento me di cuenta que había malgastado mi tiempo pensando en esa gente, pero aprendí una valiosa lección: no volvería a meterme en los asuntos de los demás… ¿o sí?  

 

APADRINANDO PALABRAS: PICHO

APADRINANDO PALABRAS: PICHO

El maestro José Román ha apadrinado una palabra de nuestro diccionario en peligro de extinción. Éste es el cuento que nos ha regalado.

¡PICHO! 

-¡Picho!- gritó mi padre al chucho cuando éste intentó quitarme el trozo no muy grande de tocino que, encima de una gran rebanada de pan, me estaba ofreciendo como merienda, sentados los dos en un escalón del patio, a la sombra verde del parral.

Y a la misma vez que lo espantaba con la voz, dio un pisotón en el suelo que lo debió terminar de asustar al ver que la cosa iba en serio. Lepanto dio un medio ladrido, como diciendo ahí os pudráis, y se alejó de un salto regateándole al aire y levantando el rabo.

-Hijoputa el perro, oye. “Pa” lo poco que nos podemos llevar a la boca, se lo quiere jalar el cabrito. Mejor espabilara para echarse encima del conejo o la perdiz cuando lo llevo de caza… Cualquier día lo doy, y santas pascuas…Y tú, come, vamos –añadió, dándome una navaja para poder hacer trocitos el tocino-; que ése es capaz de volver y dejarte a dos velas.

Desde aquella tarde le tomé manía a los perros, a todos los perros: a Lepanto, por aquel intento de adelantarse a mi hambre; a Canelo –que lo sucedió al poco tiempo, pues mi padre cumplió su amenaza y se lo endiñó a mi tío Vicente- porque se convirtió en el hijo mimado de la casa: mis padres le echaban los huesos mal apurados de pollo o de conejo antes de que yo les hubiera roído bien la carne difícil.

Cuando murió mi padre, de unas toses que le llenaron el pecho de ruidos y la boca de sangre, Canelo le demostró su cariño más que nadie de la familia: se quedó allí, en el cementerio, tras enterrarlo, y ya no volvió nunca más-

-¡Picho! Le dijo el enterraor, amenazándole con la pala para apartarlo de la tumba donde se asomaba peligrosamente, a punto de caerse dentro.

Pero Canelo ni se movió, como si fuera una de esas estatuas que hay en los cementerios sobre las tumbas de los ricos. Y allí lo dejamos por imposible, que ya saldría él por su cuenta y tampoco era el momento de dar un escándalo de ladridos.

A los nueve días del entierro se celebró el funeral por mi padre, y toda la familia, de luto de los pies a la cabeza, volvimos a la iglesia que estaba llena de gente tan triste como nosotros. Cuando el cura terminó de decir sus cosas, los familiares nos quedamos en el primer banco para que la gente volviera a darnos el pésame.

- Acompaño tus sentimientos, Encarna –le oí decir al enterraor-. Por la muerte de tu marido y por la muerte del perro, que amaneció muerto al día siguiente sin más herida que la de la pena.

Luego, ya en casa y cuando estábamos cenando todos cabizbajos, mi madre rompió el silencio:

- Si a esta casa no podrá entrar nunca un hombre como padre, tampoco podrá entrar un perro.

            - Bien dicho, madre –me atreví a decir yo-. Que para lo único que sirve un perro es para robarnos la comida y el cariño.

             - Y mi madre –a la que le vi descolgar dos lágrimas, una de cada ojo, seguro que una por cada muerto, me miró sin contemplaciones y me dijo:

            - Tú, a callar. Cuando te digan “picho” levantas el rabo.

            Desde aquel día comenzaron a llamarme “Picho”, primero mis hermanos, luego mis amigos, después todo bicho viviente. No lo aguanto, maldito mote. No tengo rabo que levantar, pero cuando mis amigos me dicen “Picho” yo les enseño mi dedo de en medio, tieso, como diciéndoles con todo mi corazón: “por aquí”. Y a los mayores, como no puedo hacerles la peseta porque está mal visto y puede haber leña, se la hago con el pensamiento. Y yo creo que lo notan.

            Ahora es vuestro turno. ¡Adelante!

 

APADRINANDO PALABRAS: PERMANENCIAS

APADRINANDO PALABRAS: PERMANENCIAS

Esta palabra, en peligro de extinción, ha sido apadrinada por el maestro Miguel Gijón, y éste es su microrrelato.

Permanencias: clases particulares.

 Pedro en las permanencias

Cuando el maestro acaba la explicación y mientras resuenan todavía sus palabras, el cuadro de la Inmaculada Concepción que preside el aula sale volando a toda velocidad por la estancia. Su vuelo raso obliga a los presentes a poner el cuerpo a tierra. El puro del maestro había formado una nubecilla de humo cerca del techo. La nubecilla de humo se retuerce de dolor cuando el rectángulo volante la atraviesa. La araña gigante que utilizaba el cuadro de escondite emprende una rápida carrera y se enfrenta al maestro. Nadie se atreve a moverse. Pedro, tumbado boca abajo en el suelo,  piensa: -¡Qué bien hoy ya no tenemos permanencias!

Como ya sabéis, nuestro compromiso consiste en trabajar con cada una de las palabras que sean apadrinadas y utilizarlas para escribir un texto creativo.

No olvidéis consultar el apartado de rúbricas.

¡Ánimo!

SALVAMENTO DE PALABRAS

SALVAMENTO DE PALABRAS

Cuando una palabra cae en desuso, es decir, deja de utilizarse, corre el peligro de perderse para siempre: desaparece. A veces ocurre y los motivos son muy variados:

     * palabras que nombran a cosas, objetos, profesiones... realidades que ya no existen;

     * palabras sinónimas de otras que por moda o capricho dejan de utilizarse;

     * neologísmos (nuevas palabras) que "suenan mejor" socialmente;

     * la influencia de los medios de comunicación y la publicidad;

     * la influencia de otros idiomas;

     * incluso la globalización, porque muchas de estas palabras eran usadas en contextos muy pequeños, pueblos o comarcas y al no ser reconocidas por los demás, inevitablemente dejan de usarse...

Nuestra propuesta consiste en recuperar de la memoria estas palabras en desuso y trabajar con ellas, utilizarlas de nuevo, darles vida aunque sólo sea desde esta bitácora.

Para empezar, trataremos de recordar, con ayuda de personas mayores de nuestro entorno, palabras y expresiones junto a su significado original. Esta lista ya se ha empezado con ayuda de otros profesores de nuestro centro que se han sumado a esta iniciativa. Aquí está:

A BOLA LLENA:-A tope, al máximo 

APECHUSQUES:-Todo lo que un hombre llevaba al campo, cuando iba a trabajar o cazar; comida, herramienta, agua, y cobija para guarecerse de lluvia o frío  y cualquier cosa que le pudiera caber 

 ASOMATRASPON-Seguirle los pasos a alguien, con miras de que no te vea. 

ATIZAR CANDELA:-Golpe que se da al contrario en una pelea. 

BEBER EL AGUA TURBIA.-Ser el último. 

CAGAR LAS PAPAS ENTERAS:-Cuando alguien es descubierto por haber hecho algo ilegal de manera continuada en el tiempo, es descubierto y se le hace pagar por ello. 

CANTAR LAS TRES VERDADES DEL BARQUERO:-Decirle a alguien lo que uno realmente piensa sobre él, referido a su injusta actuación con respecto al hablante. 

CACHUMBRERO:-Chismoso. 

CONTARRILLA:-Perrilleo manejo de la moneda pequeña. 

CORCELETE:-Una pieza de cuero de la guarnición, de las bestias de tiro.-Trozo de un neumático que se pone por la parte interior de otro que está montado en la llanta para tapar un agujero en éste y que se sujeta por la presión del aire de la cámara. 

CORRÍO: -Se dice de aquella medidas que van sobradas..  

CHALUPAZO:-Algo que se hace superficial y ligero 

CHARPICAR:-Cuando un coche al pasar, pisa un charco y te salta, o cualquier otra cosa similar. 

CHICA LA MÍA, DAR EL BRAZO A TORCER:-Dejar de mantener un argumento y dar la razón a quién mantenía un argumento diferente. 

CHISMAJO-Cualquier mueble o cosa inservible, o en precario estado, trasto.  

COVANCHA:-Hueco bajo la escalera en una casa. 

CORRINCHE:-Hueco de mediano a pequeño en una casa. 

CULILLO:-Cantidad pequeña de líquido que queda en un recipiente. 

DE BOTE EN BOTE:-Concurrencia de mucha gente.. 

DE MEDIA ANQUETA-Algo que no está, ni cuadrado, ni firme 

DIME CON QUIEN ANDAS, TE DIRÉ QUIE ERES-Según con quien te juntes, con personas de h órden,o personas de baja realea, así te cosiderarán  ECHADO PALANTE:-Persona decidida, valiente. 

ECHAR UN MOCHO:-Estimar el peso de algo. 

 ESFARATAR: -Destruir, Romper o hacer desaparecer algo por el medio que sea 

ENFOTADO:-Enfadado, Irritado, un poco fuera de sí. 

 ENJARETAR:-Dar comienzo a algo, y que esté mas o menos claro su seguimiento 

EN CANDILEJA:-Dejar la puerta entreabierta. 

ESCAGARRUZAR-Perder las relaciones con alquien 

ESPERDULARIA: -Persona indigente 

ESPICHANDO:-Encontrarse calado hasta el pellejo por alguna circunstancia. 

ETTUBO: -Tabiques que limitan una vivienda (con otra vivienda, a la calle…) 

FARTUZCO:-Majara, majareta de poco juico pero usado como apelativo cariñoso. 

FLEJE: horquilla para pelo largo.

FONDINGAR:-Estropear una cosa. que se compone de varias piezas. 

GRAILLA-El escalón de la casa, donde bate la puerta de la calle 

GUARIN:-El mas pequeño de los hermanos. También vale para los animales. 

GUARNÍO:-Muy cansado. 

HACER GURRIPAZ, HACER RICIA:-Llevarse codiciosamente todo lo que hay en un lugar, haciendo destrozo. 

IR DE OJOS:-Ir molesto físicamente de manera moderada por cualquier motivo (en relación a las prendas de vestir o dolor de cualquier otra índole) 

JANDAYA:-Comida que se lleva al tajo.

JARMA:-Aparejo inferior que la albarda, para las caballerías, mas destinado para los Borricos  

LA BUCHACA:-El estómago o barriga. Uno preguntaba por algo de comer, y el que se lo había comido contestaba “En mi buchaca”  

LACHE: Sentir vergüenza.

LA CUCA.-Que te da por algo...Como un arrebato. 

LA MOSCA DETRÁS DE LA OREJA.-Algo que presentía, que iba a ocurrir 

MACEAR:-Cojear una bestia. 

ME COMÍ LA PARTIDA.-Algo que venía sonando, que podía ocurrir, y ocurrió 

METER PUNTA, PARA SACAR REJA-El que hace pregunta a otro, con astucia sin entrar de lleno en el tema y con rodeos, para sacar la verdad 

MOSQUEADO.-Estar intranquilo por algo que puede ocurrir y no sabe que. 

MAJARO:-Alguien alocado 

MININANA.:-El que no se emplea en el trabajo debidamente, y solo hace perder tiempo 

NO TENER NI UN JANDÓN:-No tener dinero. 

PICHO.-Palabra para espantar al perro. 

OPEA:-Salto o brinco que da uno cuando es sorprendido por algo que cree tener peligro 

PALMEAR:-Dejar algo totalmente terminado, en perfecto estado de revista.  

PAVA:-De lo que se servían en los cortijos de la campiña los que allí vivian, para calentarse y guisar. Constaba de cuatro o seis espuertas de cagajones, de las bestias puesto de bajo de la chimenea y bien pisado, con un poco paja delante  para encenderlo e iba requemando y duraba todo el día 

PERMANENCIAS:-Clases fuera del horario lectivo relacionadas con las materias de estudio del curso que se estudia. 

PICAR LA CUCA:-Irse de manera aparatosa y repentina sin motivo aparente. 

PICHO:-Se le dice al perro para espantarlo. 

PINGO:  -La patada de una  bestia. Mujer un poco ligera maliciosamente 

PIRRIAQUE:-Bebida alcohólica 

PLETAL:-Pieza del aparejo para sujetarlo que pasa por el pecho de la bestia , para sujetarlo y que no se caiga hacia atrás 

 POR LA TETA TE VA-Algo que le daban a cualquiera, y de alguna forma repercutiría en ti 

QUÍTAME HAYÁ ESAS PAJAS-No me vengas a mi con esos cuentos, sin yo tener nada que ver 

RABÓN:-Se dice de aquellas medidas, que por muy poco, no van completas; como ejemplo se  dice:-Anda, otro peso irá mas corrío 

RABONA: Saltarse las clases, no asistir a la escuela.

RODILLETA: Trapo que hay en las cocinas para limpiar los poyetes.

ROMANA DEL DIABLO:-Romana fraudulenta y por extensión referido a la persona con criterio cambiente según la situación, en su propio interés. 

SARAPIO, PALOMOCOJO:-Hombre poco masculino. 

SATURDIR:-Concluir todas aquellas tareas que se tienen pendientes. Superar una situación agobiante. 

SOMATRASPÓN: ir tropezando, hacer algo equivocándose continuamente.

SOVISPAO-Intranquilidad sin saber por que o injustificada 

TABIRO:-Cualquier utensilio, para mover algo  (dale al Tábiro) 

TALI:-Bolsa de tela que los segadores se ataban a la cintura para llevar el tabaco y no se les mojara con el sudor.  

TIRAPERROS:-Enganche de seguridad que une el arado con el ubio. 

TIRAGATOS:-Juego para medir la fuerza física entre dos participantes, tirando en sentido contrario de los extremos de una cuerda.

TORTUGUEAR:-El que se pone a hacer una cosa y le da vueltas y mas vueltas 

TOSTONEO:-Jaleo, Ruido, extendido en el tiempo, como cuando abren  le veda, que en el campo, se oyen tiros por toda partes 

TRAQUETALES:-Conjunto de cosas que debes llevar contigo para cumplir algún fin. 

TRUPE:-Grupo de gente que tiene una relación entre sí. 

TU HAS VISTO QUE LE CHORREE PRINGUE A LA BOCA DE UN GALGO:-Referido a alguien que es muy ahorrativo en un grado extremo. 

URAÑO:-Una persona que es un poco retraída y se relaciona poco con la gente 

VA DE VUELO:-Algo que está próximo a malograrse. 

VISO: Enagua, combinación.

VISILLO: Suciedad en la ropa.

YA VENDRÁ QUIEN LA ENDEREZA:-Situación que necesita ser puesta en orden. 

ZAMPOÑA:-Estado emocional de extrema excitación previa al llanto. 

ZARRANDALLO:-Prenda de vestir muy deteriorada por el uso.