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EL ESTUCHE DE LAS PALABRAS

EL RELATO HISTÓRICO

EL RELATO HISTÓRICO

Con Abraham González tuvimos un taller de escritura sobre cuentos y relatos históricos. Él repartió a cada niño y niña cuatro cartulinas, una sobre un personaje famoso de la historia, dos sobre personajes secundarios imaginarios, y la cuarta sobre un espacio determinado. Con esos elementos nosotros teníamos que construir un relato histórico.

Pero... ¡muy importante! Antes de comenzar a redactar, debemos investigar. En enciclopedias o Internet nosotros tenemos que conseguir información sobre la vida y hechos importantes del personaje histórico (Viriato, Abderramán I, Juan Sebastián Elcano, Juana de Arco...).

Con toda esa información real y tu imaginación has de construir un relato histórico imaginado. Recuerda que tu trabajo debe estar rubricado, por tanto debes consultar el apartado correspondiente de la bitácora.

3 comentarios

José García Medina 6ºA -

UNA MUERTE INESPERADA

Érase una vez un campamento que había sido recién abandonado por un ataque de unos piratas de tierra. En ese campamento se habían dejado objetos de trascendental importancia.
Un día el emperador Moctezuma estaba en su palacio cercano a ese campamento, tumbado en su cama, cuando de repente oye un gran ruido fuera y se asoma. Estaban luchando, matándose, despellejándose y destripándose. Moctezuma, al ver todo ese estruendo, se une peligrosamente a la guerra.
Mientras que luchaban, una flecha sin destino vuela sobre todos hincándose en el emperador Moctezuma y muriendo en el acto.
Al ver tendido en el suelo al emperador, un guerrero suyo lo coge en brazos y lo lleva rápidamente al palacio.
El médico del palacio atiende al emperador dando la noticia de que no hay ningún remedio, está muerto.
Todos lamentaron la pérdida de un hombre que siempre defendió todo.
Moctezuma era un hombre alto, fuerte, impaciente, amable y vivía, no es por mentir, con muchos problemas con la política.
A lo mejor quien lo ha hecho ha sido a propósito porque Moctezuma tenía un problema con un hombre llamado Abel. El problema era que el emperador Moctezuma tenía muchas deudas con Abel de terrenos y cosechas. Al no pagar esas dos cosas Abel seguramente habría pedido a un guerrero matar a Moctezuma en esa terrible guerra.
Su mujer Alexia había visto con sus propios ojos quién había lanzado la flecha. Alexia llamó a un juez y le dijo que si no tenía algún caso presente y le respondió:
- Lo siento, tengo algo pendiente, sobre un guerrero que ha matado a mi hijo.
Y le respondió Alexia:
- ¿Por favor, me puede decir cómo se llama ese guerrero?
Y le resumió:
- Alfred
Y le dijo entusiasmada:
- Yo también estoy persiguiendo a ese asesino, porque ha matado a mi marido y me las pagará.
Entonces hablaron y quedaron que entre ellos dos iban a hacer que le cortaran la cabeza a ese miserable asesino.
A la semana siguiente se celebró el juicio.
Duró mucho tiempo hasta que al final no se lo pensaron más y al ver que había matado al emperador Moctezuma mandaron cortar la cabeza a ese asesino.
Entonces al guerrero se lo llevaron a cortarle la cabeza mientras que Alexia y el abogado Allison se fueron para al palacio.
Por el camino encontraron un campamento. Llenos de curiosidad se adentraron en él para investigarlo. Cuando estaban dentro oyeron un llanto, parecía el de un bebé. Cuando pisaban ya madera de una casa abandonada que había en el campamento, vieron a un bebé sucio y maltrecho y sin pensárselo Alexia lo cogió en sus brazos y salieron ràpidos para el palacio. Pero no fue tan fácil salir del campamento, porque sin esperárselo, los piratas que habían destrozado el campamento, volvieron para coger objetos de trascendental importancia. Los piratas, al ver a los dos corriendo para intentar huir, rápidamente salieron detrás de ellos como unas gacelas hambrientas. Alexia y Allison corrieron todo lo que pudieron hasta que cuando quedaban unos simples trece metros, Alexia tropezó con una piedra cayendo al suelo sin poderse levantar con el bebé. Desde el palacio unos arqueros que estaban en el puesto de vigilancia, vieron el estado de Alexia y a los piratas que estaban ya cerca de ella. Rápidamente lanzaron las flechas hincándose a los cinco piratas dejándolos todavía con muy poco de vida.
Todos los guerreros salieron fuera y pensaron que ellos no deberían matar a los piratas sino que su suerte la dicidieran las calles peligrosas de un oscuro barrio. Entonces mandaron a los cinco piratas a esas peligrosas calles y allí ellos finalmente murieron misteriosamente.
Ya en el palacio, Alexia vivía triste por la pérdida de su marido y un poco alegre por salir con vida de todos estos peligros ocurridos.

Miguel José Martos Ortega -

Esta es la historia de Abderramán I, un príncipe nacido en Damasco en marzo del 731 y fallecido en Córdoba en el 788. Era príncipe de la dinastía omeya que, tras diversos azares, se convirtió en el primer emir independiente de Córdoba en 756. Era un príncipe poco afortunado porque no podía salir solo de su palacio. Un día quiso salir y se escapó con una cuerda que le quitó a una
cortina. Fue a parar a un mercado bullicioso donde encontró a tres soldados y a un anciano. Fue a preguntar qué hacía ese grupo tan peculiar, le dijo que eran los soldados del medio ambiente y el médico de las plantas y que buscaban a alguien para acompañarles a descontaminar el mundo. Los soldados se llamaban: Alí, Akil y Alá, y el anciano, que era muy sabio, se llamaba Alim.
- ¡Eh! -dijo Abderramán- ¿Puedo ir yo?
Vale -dijeron los cuatro al mismo tiempo.
Se hizo de noche y no veían nada, entonces delante de los cinco apareció una luz con forma de estrella, incandescente, una cosa que nunca se había visto en otros sitio, parecía una puerta hacía un sitio al que nunca habían ido. Entraron y mágicamente aparecieron en en el año 2008, todo tenía mucha más tecnología, pero había serios inconvenientes, todo estaba contaminado y el aire apestaba.
- ¿Cómo una ciudad con tanta tecnología puede estar tan contaminada?
- Hay que desinfectar todo esto porque nosotros podemos.
Entonces se fueron todos a buscar sitios contaminados para desinfectarlos. De camino a un río, encontraron todo el suelo lleno latas y botellas de cristal.
- ¡Qué gente más sinvergüenza! -dijo Alí enfadado.
- Vamos a limpiarlo -dijo Alim.
Mientras los cinco amigos limpiaban todos los desperdicios, una anciana mujer pasó por delante de ellos y les dijo:
- ¡Vaya!, ¿por qué estáis limpiando todo esto?
- Porque cuidamos el medio ambiente -dijeron todos los amigos al mismo tiempo.
- En este lugar es donde los jóvenes hacen fiestas y dejan todo esto lleno de latas de refrescos y de botellas, así que por mucho que limpies no va a funcionar de nada.
- ¡Tengo una idea!, ¿y si ponemos papeleras y bolsas de basura por este sitio? A lo mejor así no tiran las latas.
- ¡Buena idea! -dijo la abuela.
Al llegar la noche los niños que habían tirado las latas de antes volvieron a aparecer pero esta vez se llevaron una sorpresa al ver que había papeleras.
- Parece que funciona -dijo Abderramán. - Ya nos podemos ir.
Días mas tarde, llegaron a Mengíbar, un pequeño pueblo de la provincia de Jaén. Allí había una fábrica llamada Oleo Mengíbar que vertía productos tóxicos al río del pueblo.
- ¡Vaya fábrica más contaminante!, la tenían que cerrar.
Vamos a denunciarlo al ayuntamiento.
Cuando llegaron al ayuntamiento, el alcalde les dijo que no había pruebas de eso y que si le multaban la pagarían y seguirían vertiendo los productos tóxicos.
Esos productos tenían unos colores desagradables, verde, amarillo chillón y un color que no sabría denominar de lo repulsivo que era.
Entonces los amigos compraron una cámara y fueron a echar fotos a la fábrica, a un tubo que descendía desde la fábrica al río por donde vertía los productos tóxicos.
-¡Esto es el colmo!, si el ayuntamiento no hace nada al respecto lo haremos nosotros.
Más tarde, los amigos fueron a hacer una recogida de firmas para que Oleo Mengíbar pusiera una depuradora. Dos meses más tarde, todo el pueblo apareció delante del ayuntamiento y los cinco amigos con setecientas páginas llenas de firmas y una petición para que obligaran a la fábrica a poner una depuradora de aguas residuales y mejorar el estado del río de Mengíbar. Dos días más tarde, salió por las noticias que la fábrica Oleo Mengíbar había puesto una depuradora y había donado doce mil euros al pueblo para reparaciones de sus calles.
- ¡Lo hemos conseguido!

Nacho Torralbo Martínez 6º A -

En 180 a.C., Viriato, el líder de las tribus lusitanas que se hallaban en medio del bosque, nace en una familia de pastores. Su infancia fue muy feliz hasta los 9 años, a partir de entonces aprende a vivir sin su madre al fallecer a causa de una trágica enfermedad. Este tiempo fue bastante triste para Viriato. Echaba mucho de menos a su madre ya que era una persona dulce, tierna y muy comprensiva. Cuando se acabó el tiempo de melancolía, su padre decidió unirse en matrimonio con otra mujer. Esta decisión tomada por su padre sería trascendental para Viriato. Su nueva madre y, más tarde, su nuevo hermano le tenían envidia a Viriato y lo miraban con desprecio. Ambos parecían ser rivales de Viriato. Viriato era bondadoso mientras que su hermano y su madre eran egoístas con él. Al principio era cuestión de envidia pero la cosa evolucionó a ser un maltrato y, yendo al final, una guerra de hermano contra hermano. Su madre, que por cierto se llamaba Carla, no le preparaba la comida y su hermano Danilo, no compartía sus cosas con Viriato. Eso sólo era el principio. Las peleas entre hermanos eran frecuentes, pero Carla siempre le daba la razón a Danilo, aunque la llevase Viriato.
Lo vivido por nuestro protagonista durante esos años, le hizo ser una persona fuerte ante la adversidad e inteligente, pero nunca le pudieron arrebatar la simpatía que despertaba ante las personas que lo conocían, y tampoco pudieron estropear ese buen corazón que había heredado de su madre.
Viriato trabajaba de pastor con su padre, aunque pronto cambiaría.
Los romanos se enteraron de que en Lusitania había muchos campos de cultivo y tierra fértil y mucha ganadería. Así que decidieron atacar por la noche esas tierras. El plan era bastante bueno, porque mientras que todo el mundo estaba dormido, entraba cada romano a una casa y mataban a todos los habitantes. Pero Viriato se dio cuenta porque ese día todavía no se había dormido y salió el solo a contraatacar. Para la gente que se enteró después fue algo increíble, pero pudo acabar con la mitad de los romanos el solo porque los demás decidieron volver a su imperio a por refuerzos. A la mañana siguiente Viriato fue aclamado por toda la tribu excepto por su madre y su hermano. Viriato siguió ganando batallas, pero le faltaba algo, algo que no es material: la confianza, la compañía de su hermano y su madre, siempre envidiándole. Viriato no podía más, y se lo dijo a su hermano:
- Danilo, no quiero seguir luchando. Necesito algo más para luchar, necesito que me apoyes y que me ayudes, necesito que dejemos de ser hermano contra hermano y que seamos hermano y hermano. ¿Te acuerdas al principio? No es que nos llevásemos muy bien pero éramos una familia. Descubrí el mundo de la batalla, y todo cambió para mí. Me convertí en un héroe que podía salvar la tribu del imperio romano. Pero me quedé solo ante el peligro, recibí el apoyo de mi tribu pero necesito la ayuda de alguien más porque estoy convencido de que alguien no le gusta la idea de que sea el líder de nuestra tribu. Quiero derrotar al imperio romano pero no puedo hacerlo yo solo. Creo que alguien que está bajo mi mismo techo está deseando de hacer que su hermano se sienta como un hermano.
- Lo siento mucho por haberte tratado muy mal desde pequeño, es que te tenía envidia porque eras mayor que yo. Siempre me he peleado contigo porque tenía envidia, espero que me perdones por ello. – se disculpó Danilo.
- No te preocupes, disculpas aceptadas.
- Y ahora, ¿Qué te parece si le hacemos una visita a unos hombres llamados romanos? – dijo Danilo
- De acuerdo. ¡A por ellos!